jueves, 4 de febrero de 2010


Gabriel Celaya (1911-1991), como otros de los escritores de la generación de los 50, creyó que la literatura podía ser un instrumento útil para transformar la injusta realidad. En este sentido, la palabra del poeta debía convertirse en herramienta de lucha y en vehículo del compromiso entre el escritor y la sociedad.

LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palapita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque somos apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso, con técnica, qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos.

Gabriel Celaya, Trayectoria poética. Antología.
"QUIEN CONSIDERE QUE PARA LA VERDAD NO HAY MÁS QUE UNA SENDA Y PARA EL ERROR INFINITAS, NO EXTRAÑARÁ QUE, CAMINANDO LOS HOMBRES CON TAN POCA LUZ, SE DESCAMINEN MÁS." (B. J. Feijoo)

viernes, 15 de enero de 2010

"LA CULTURA SON LOS POSOS QUE NOS QUEDAN DE LOS LIBROS OLVIDADOS"

jueves, 7 de enero de 2010

“SI AUN CUANDO…”

Si aun cuando sin estar, ya estaba en ti,

ensoñaciones de vaporosos besos,

llamadas sonámbulas sin respuestas…

Si aun cuando en la distancia

nos sentíamos unidos,

pasada lejanía de ocasionales encuentros…

Si aun cuando nuestras miradas

deambulaban por senderos distintos,

pero nuestros labios buscaban la sonrisa perdida…

ahora, en amantes transformados,

una realidad de trémulos besos,

llamadas susurrantes en deseoso placer respondidas,

la cercanía de dos cuerpos entrelazados,

unas miradas encontradas, eternas

y unos labios impregnados de alegría.